- De un lado o de otro,la situación en Estados Unidos es distinta a la del 2008, aunque nos parece que se torna repetitiva. Prometemos que luego del cambio que también lo hubo en la elección de Barack Obama, insertaremos nuestra opinión sobre estos acontecimientos. Esto que sigue es una reflexión del 2008 para hoy en 2016.
Estados Unidos se
perfila hacia una crisis social
Primera vez que se
afecta en forma integral a la clase media
Una nueva guerra es
vista como opción por los círculos más conservadores de Washington para salir
del atorón económico. Es una pregunta abierta la posibilidad de que se emprenda
otra aventura militar, advierte
Roberto González
Amador
James K. Galbraith,
autor prolífico, cercano a los círculos influyentes del Partido Demócrata, en
entrevista con La Jornada
Estados Unidos se
perfila hacia una crisis social. Es James K. Galbraith, autor prolífico,
académico, economista cercano a los círculos influyentes del Partido Demócrata
y, el apellido lo identifica, descendiente de John Kenneth Galbraith, uno de
los pensadores más influyentes del siglo XX. “Conozco bien las crisis
financieras y ahora es la primera vez que, en forma integral, una crisis afecta
a la clase media estadunidense”, comenta.
James K Galbraith,
profesor de la Universidad de Texas en Austin y presidente de Economistas por
la Paz y la Seguridad, se refiere a la administración de George W. Bush en la
Casa Blanca, de la que ha sido crítico agudo: Con la economía en fase de
desaceleración pronunciada y el dólar perdiendo valor como moneda de referencia,
“una nueva guerra” es vista como una opción por los círculos más conservadores
para salir del atorón económico. “La posibilidad de que el círculo de poder en
Washington emprenda otra aventura militar, quizá en Irán, es una pregunta
abierta”, dice.
El profesor
Galbraith se encuentra en México desde el sábado pasado. Sobre el país ha
estudiado los efectos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y en
particular los relativos a la estructura de los salarios industriales en los
tres países firmantes del acuerdo.
El año pasado
dedicó varios de los artículos que publica en The Guardian a
argumentar en favor del recuento de votos reclamado por la coalición de
izquierda. Ahora está aquí para ofrecer dos conferencias, una, este lunes,
sobre el pensamiento de su padre, en el posgrado de la Facultad de Economía de
la Universidad Nacional Autónoma de México; la otra, el próximo martes en la
unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana en el marco de la
Semana de Economía organizada por la institución.
En declaraciones
a La Jornada, Galbraith considera que la crisis derivada del aumento de
deudas impagadas en el sector hipotecario de Estados Unidos, que se ha
extendido a instituciones europeas, no tendrá un final pronto. “Va a durar
entre 18 meses y dos años. Sobre todo porque las compañías que tienen en sus
portafolios papeles de empresas inmobiliarias se van desprendiendo de ellos
paulatinamente, no lo hacen de inmediato sino de manera gradual”.
–Esta crisis en el
sector inmobiliario de Estados Unidos se presenta en un momento en que la
economía enfrenta crecientes déficit fiscal y en la cuenta corriente, de más de
800 mil millones de dólares. ¿Cuál puede ser el resultado de la combinación de
estos factores?
–Básicamente lo que
va a afectar es el valor del dólar. No creo que el Congreso se atreva en estos
momentos a realizar un recorte fiscal poderoso. Gran parte de la crisis se debe
al alza en la tasa de interés de hace algunos años. Ahora la Reserva Federal ha
debido bajar su tasa de interés. Todo esto afecta el valor del dólar.
–¿Habrá una
reducción del gasto militar de Estados Unidos?
–Los gastos
militares se van a mantener debido a la presencia de Estados Unidos en Irak.
Lejos de disminuir, los costos tangenciales, como son el regreso de los militares,
que hay que tratarlos, etcétera, significarán un incremento. En lugar de
disminuir, preveo que va a aumentar.
Exequias del dólar
–En algunos
círculos académicos se comienza a hablar del declive del dólar como moneda
fuerte y de la aparición de otras divisas, como el euro.
–Es muy temprano
para hacer las exequias del dólar. Todavía no se ve con claridad que vaya a
perder su relevancia. Porque el alza del euro también afecta a las economías de
la Unión Europea e incluso de quienes no están en el sistema del euro, como
Gran Bretaña. Entonces, el problema de la próxima administración de Estados
Unidos es cómo va a estabilizar este desequilibro, pero no veo de inmediato la
caída abrupta del dólar.
En noviembre
pasado, James K. Galbraith publicó Unbearable cost: Bush, Greenspan and
the economics of the Empire, que en traducción libre podría ser: “El costo
insoportable: Bush, Greenspan y la economía del Imperio”, en la que traza un
crítico y agudo perfil de la administración federal estadunidense, de la economía
de guerra que siguió a los atentados de septiembre de 2001 en Nueva York y
Washington DC. Se trata de una serie de ensayos en los que apuntó rasgos de la
historia de la presidencia de Bush en el momento en que ocurría, como se reseña
en la cubierta.
Los temas tocados
por los ensayos van desde el fallo judicial que llevó a Bush a la presidencia
de Estados Unidos –hecho que Galbraith comparó el año pasado con el fallo
judicial que dio la presidencia a Felipe Calderón en México–, a los efectos de
los atentados de septiembre de 2001 y la guerra de Irak, y la construcción de
lo que ha identificado como una “república corporativa”.
En la entrevista
con este diario, mediada y atestiguada por Alfredo Jalife, profesor
universitario y articulista de La Jornada, Galbraith toca algunos de estos
temas.
Otra guerra en
ciernes
–¿En Estados Unidos
habrá una desaceleración económica o se anticipa una recesión?
–El país no está en
recesión, pero hay una desaceleración significativa. La economía se ha estado
manteniendo por deuda y por el sector de bienes raíces, las hipotecas, que han
hecho funcionar el consumo. Lo que pasa es que al bajar los bienes raíces va a
afectar el consumo, y eso es lo que está provocando la desaceleración. Hay
gente que cree que esta carencia puede ser contrarrestada o compensada por las
exportaciones, pero yo soy escéptico, a pesar de que el dólar está en un nivel
bajo. Otra guerra podría cambiar la situación.
– ¿Es una economía
de guerra?
–Si van a otra
guerra puede ser que cambie la situación.
– ¿Considera que
existe esa posibilidad?
–La posibilidad de
que la administración de Estados Unidos emprenda una nueva guerra es, se puede
llamar así, una pregunta que está abierta. Yo estoy escéptico también sobre la
posibilidad de una guerra en Irán, pero no es un asunto que esté fuera del
debate. El sector militar está en contra de la guerra; los generales,
paradójicamente, se oponen. Está en contra el secretario de la Defensa, pero el
vicepresidente (Dick Cheney) está a favor.
– ¿Quién va
terminar decidiendo la guerra?
– ¿Ésa es una muy
buena pregunta. Hay que preguntarse quién gobierna Estados Unidos en este
momento.
–¿Quién gobierna?
–No estoy lo
suficientemente cerca del emperador para saber qué pasa en la corte.
–La administración
Bush tomó el gobierno con una economía en crecimiento y superávit fiscal.
¿Quiénes han sido los ganadores y los perdedores de esto que ha llamado
“república corporativa”?
–En la
administración Bush es muy claro. Los mayores ganadores han sido los
contratistas del gobierno, los sectores militares y los que están ligados a los
organismos de inteligencia. Hablando en general, lo que se conoce como el
cinturón alrededor de Washington DC. También están los sectores inmobiliarios,
empresas como Halliburton, las compañías petroleras y el sector financiero.
Hablando de los perdedores, en los últimos cinco años han sido los sectores de
información y tecnología, que estaban muy altos y se colapsaron. Ha habido un
declive relativo en Silicon Valley (la región entre San Francisco y San José,
California, sede de varias de las empresas tecnológicas más importantes).
– ¿Qué pasará con
la clase media estadunidense?
–La clase media
había aguantado debido al auge del sector inmobiliario. Ahora viene la crisis
de la clase media, es lo que sigue. La construcción de la clase media en
Estados Unidos está basada en el crédito y este crédito lo están obteniendo por
las hipotecas del sector inmobiliario. La clase media se sostiene con créditos
para la universidad, para adquirir casa, préstamos para ir de vacaciones.
Podría haber una insostenibilidad del sistema que se ha creado en los últimos
40 o 50 años si se seca el sistema crediticio que le llega a la clase media.
– ¿Es el fin del
conocido como sueño americano?
–Conozco bien las
crisis financieras, tengo tiempo observándolas. Trabajaba en Chrysler en Nueva
York, cuando ocurrió la crisis de México en 1982. Vi la crisis de las
instituciones de ahorro y préstamo en Estados Unidos (que tuvo un costo mayor
al Fobaproa de México), la crisis rusa, la asiática. Es la primera vez que en
forma integral una crisis afecta a la clase media estadunidense. Es más difícil
de manejar y más desafiante, debido al tamaño de la economía de Estados Unidos.
Se conocen los instrumentos para manejarla, son factibles, pero no se sabe en
estos momentos si van a ser efectivos.
– ¿Cuáles son esos
instrumentos que menciona?
–Los pasos
inmediatos vienen en dos áreas. Una es relativa a la crisis de las
instituciones financieras, que ya se atiende con acciones como el movimiento de
las tasas de interés por la Reserva Federal y la inyección de liquidez al
sistema. La pregunta es qué va a pasar después. Se perdieron miles de millones
de dólares en créditos. La otra es la que afecta a la clase media y a la clase
media baja. La pregunta es si se mantiene a la gente en sus casas y se sostiene
el consumo; hasta ahora no se ha hecho nada para eso. Creo que en los
siguientes dos años no se va a hacer nada.
– ¿Puede haber una
crisis social?
–Sí, es posible que
haya una crisis social en Estados Unidos. Puede volverse una crisis social muy
seria. Vamos a ver más gente sin hogar y mayor número de quiebras bancarias.
– ¿Habrá expulsión
de trabajadores mexicanos que no tienen documentos migratorios?
–No lo creo. Esta
crisis va a golpear mucho a la población afroamericana que acaba de mudarse de
casas rentadas a otras que adquirieron con hipotecas. No creo que afecte esto a
los mexicanos, quizá a algunos, pero no es la mayoría. Los mexicanos que
trabajan viven en casas rentadas, tienen casas temporales.
James K. Galbraith
ha dedicado parte de su actividad académica a estudiar la desigualdad en la
sociedad estadunidense y la forma en que se ha desmontado el sistema de
seguridad social en ese país, tema que aborda con amplitud en el libro
publicado el año pasado.
“Hay dos
importantes dimensiones en Estados Unidos sobre la desigualdad”, comenta en la
entrevista. La más destacada es la relacionada con el pago en los salarios, que
disminuyó en los años 90 del siglo pasado porque hubo empleo pleno, dice. En la
base de la pirámide trabajaban más horas y tenían pagos de tiempo extra,
entonces los trabajadores ganaron relativamente. “En 2001 eso se acabó y ha
estado estancado; se ha complicado”.
La otra dimensión
de la desigualdad tiene que ver con los ricos-ricos. “Es muy simple: vea la
bolsa de valores, cuando sube, la desigualdad empeora. En los años 90 los altos
ingresos virtualmente estaban concentrados en cuatro pequeños condados: tres
estaban en Silicon Valley, y el otro en Seattle (la sede de Microsoft); era
asombroso. Si se eliminaban esos cuatro condados, no había mejora en los
ingresos. Es un fenómeno de ultraconcentración”.
En los últimos
cinco años, añade, han mejorado las empresas del sector militar. Si una nueva
guerra ocurre, plantea, es muy sencillo determinar quiénes se van a enriquecer.
En esta perspectiva, comenta:
“El presidente Bush
representa al Estado transnacional corporativo. Es el hombre de paja
profesional, así lo describiría, es un experto en relaciones públicas.
Representa lo más limitado del conocimiento de Estados Unidos. Casi nadie apoya
esta situación, salvo el Estados Unidos corporativo. Ronald Reagan, por
ejemplo, tenía su base de apoyo. Incluso los cristianos republicanos de Carl
Rove –el superasesor defenestrado este año– son insuficientes para sostener al
Partido Republicano. Lo más interesante es que el Partido Republicano se está
volviendo un partido del sur profundo, sin base en el resto de Estados Unidos.
Es muy probable que se vea una supermayoría en el Senado para el Partido
Demócrata”.
Remata: “Para que
el sistema estadunidense quede estable se requiere un ambiente multilateral
estable y además que sea predecible. Y la política exterior de la
administración Bush, que viene de los aspectos más agresivos de la guerra fría
de los años 50 y 60, lanzando guerras preventivas y abandonando el marco de la
diplomacia multilateral, finalmente ha demostrado los límites del poder
militar, que han puesto en peligro la economía de Estados Unidos”.
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