La
tragedia humanitaria que ha sido la guerra civil en Siria ha obligado a más de
dos millones de ciudadanos a buscar refugio en países vecinos, junto a los
muchos miles de víctimas fatales que ha dejado. No ha sido un conflicto espontáneo sino
resultado de una
estrategia encaminada a desangrar a ese país formulado por los gobiernos de Estados Unidos, Israel, Arabia Saudita y algunos socios regionales desde al menos 2007.
estrategia encaminada a desangrar a ese país formulado por los gobiernos de Estados Unidos, Israel, Arabia Saudita y algunos socios regionales desde al menos 2007.
Así
lo demuestra el periodista Tony Cartalucci en un trabajo publicado en
septiembre de 2013 por la revista digital Activist Post, comentando un artículo
de la NBC News titulado “La gran tragedia de este siglo: más de 2 millones los
refugiados expulsados de Siria”.
Los
medios de prensa corporativos occidentales han hecho ver que la singular
sucesión de manifestaciones "pro-democracia" en el Medio Oriente, se
hicieron violentas espontáneamente, a causa de la represión brutal de los
gobiernos de los países donde ocurrieron como parte de la llamada
"primavera árabe".
En
verdad, denuncia el periodista, las manifestaciones fueron una tenue cortina de
humo tras las cuales extremistas armados con respaldo extranjero tomaron las
calles y campos para ejecutar masacres sectarias previamente concebidas, como
ocurrió en Siria.
A
continuación, Cartalucci ofrece una cronología que ilustra la verdadera causa
del conflicto.
En
1991, Paul Wolfowitz, entonces subsecretario de Defensa, instruye al General
Wesley Clark que Estados Unidos tiene entre 5 y 10 años para "limpiar los
viejos regímenes ex dependientes de la URSS (Siria, Irán, Irak), antes de que
surja una próxima gran superpotencia a desafiarnos."
En
2001, por revelaciones del General Wesley Clark se conoce de un plan secreto de
Estados Unidos llamado a atacar y destruir los gobiernos de siete naciones:
Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán e Irán.
En
2002, el Subsecretario de Estado de EEUU, John Bolton, declara a Siria miembro
del "eje del mal" y advierte que " Estados Unidos podría tomar
medidas" contra el gobierno de ese país.
En
2005, la National Endowment for Democracy, entidad que es conocidamente fachada
de la CIA, organiza e implementa la "revolución del cedro",
directamente encaminada a socavar la influencia en Líbano de Siria e Irán a
favor de grupos respaldados por Occidente, en particular la facción política de
Saad Hariri.
En
2005, Ziad Abdel Nour, un asociado al equipo de asesores de la administración
Bush financiado por el Departamento de Estado norteamericano admite que
"los regímenes sirio y libanés serán cambiados. Si será por un golpe
militar o de cualquier otra cosa, no se sabe... trabajamos en ello con la
administración Bush”.
En
2006, Israel intenta, pero no logra, destruir a Hezbollah en el Líbano mediante
un prolongado bombardeo aéreo que dejó miles de muertes de civiles.
En
2007, según reveló el afamado periodista Seymour Hersh en el New Yorker,
Estados Unidos, Israel, Arabia Saudita, Saad Hariri en el Líbano, así como el
brazo armado de la Hermandad Musulmana siria, estuvieron organizando, armando,
entrenado y financiando a un frente de sectarios extremistas, muchos de los
cuales tenían vínculos directos con Al Qaeda, operando en Líbano y Siria. La
meta era crear y explotar una división sectaria entre musulmanes suníes y
chiitas.
En
2008, el Departamento de Estado norteamericano comienza a entrenar, financiar y
equipar redes de "activistas" a través de su "Alianza de
Movimientos juveniles" en la que los futuros líderes de protestas de la
"primavera árabe", incluyendo los del "Movimiento 6 de
abril" de Egipto fueron llevados a Nueva York, Londres y México, antes de
ser entrenados en Serbia y regresados luego a casa para comenzar los preparativos
para el 2011.
En
2009, el Instituto Brookings publicó un informe en el que admitía que la administración
Bush “desalojó” a Siria del Líbano sin construir un fuerte gobierno libanés que
lo reemplazara, que Israel golpeó a un naciente programa nuclear sirio, y
enfatiza en la importancia de neutralizar la influencia siria antes de
emprender cualquier ataque contra Irán.
Entre
2009 y 2010 el gobierno de EEUU presupuestó $ 50 millones para reclutar y
entrenar en diferentes partes del mundo “activistas” para el trabajo
clandestino. Una reunión celebrada en el Medio Oriente reunió a 5.000
activistas de Túnez, Egipto, Siria y Líbano que regresaron a sus países con el
objetivo de entrenar a sus colegas.
En
2011 los equipos de “activistas” así entrenados, financiados, armados y
equipados regresaron a sus respectivos países en el mundo árabe para promover
un "efecto dominó" de protestas, vandalismo, incendios y
"francotiradores en la azotea".
Comienzan
atacando a los manifestantes y fuerzas de seguridad sirias. Con un esquema
táctico similar al desplegado en Libia, en Estados Unidos, varios congresistas
amenazan a Siria con una intervención militar. Es visible que lo que estamos
presenciando en Siria hoy es sólo la última etapa de un plan de larga duración
para dividir y destruir a la región, dejando a Occidente como la única potencia
hegemónica regional, concluye Cartalucci.
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